El sonido de las campanas de un pueblo como el nuestro traen muchos recuerdos a la memoria. Independientemente de las ideas religiosas forman parte de la costumbre y son escuchadas por todos en casi todos los rincones de San Pedro. Marcan el inicio y mitad del día, las alegrías y tristezas. Es un sonido inigualable, fresco, una mezcla entre lo suave y lo fuerte. Cuando estaban descanzando hacían mucha falta y cuando están muy presentes pueden pasar desapercibidas de manera inconciente. Han sido fuente de inspiración de muchos de nuestras madres y padres. Para ellas hay incluso poemas, sonrisas y lagrimas.
Repicar las campanas de forma natural no es igual a que estuvieran accionados de forma autómata por temporizadores electronicos e instrumentos mecánicos.
Suelen ser de bronce, incluso se utiliza el hierro y existen en una variedad de tamaños, ejemplo de ello es que casi en todas las ecuelas se acostumbra a tener una campana para que los estudiantes salgan a recreo, mientras en otros lugares las han reemplazado por un timbre.
Y usted que piensa de las campanas?