sábado, 21 de noviembre de 2009
Bases del torneo de futbol
Domingo 22 es la inauguración del torneo de fútbol de nuestro pueblo. A continuación las bases de competencia que regiran el mismo.
viernes, 20 de noviembre de 2009
La Parker
“¡Hmmm, la Parker con lo que está! ¡¡Tan puta que ha sido y hoy se quiere honrar!!” (Escrito por Francisco Andrés Escobar)
Don Sofonías Pereira oía la conversa de aquellas comadres. Él también conocía a la Parker. Que antes iba a la capital a “talonear” vestido de mujer: era su vida. Que nunca había robado, violado, golpeado, asesinado, o difamado: eran sus virtudes. El único ‘pero’ que don Chofo le hallaba era que, cuando en la guerra mataron a los hijos de la Ana Moreno, dos catequistas ejemplares, Emeterio fue a declarar. Sabiendo quiénes se habían llevado a Medardo y a Toño, cambió datos y confundió a los investigadores. Los hijos de la Ana eran buenos, y su muerte no alcanzó justicia. “Quizás lo hizo porque alguno de los que se los llevaron era su damo”, especulaba la gente. “Según don Onofre Deras, lo amenazaron o lo pistearon”. “Lo que pasa es que le dio culillo de que se lo palmaran”. “Y desde entonces, ahí anda, Biblia en mano, predicando contra los nacos como él”.
Don Sofonías había oído esas prédicas. La Parker, ahora casi sesentona, solía llegar al parque a perorar contra la liviandad. “Como ya está viejo y se le acabaron las ganas...”, pullaba alguno. Y alguna ‘loca’ avejentada, después del “Hmmm, la Parker con lo que está...”, y lo siguiente, completaba: “¡Has sido puta, mamita!”
Por casualidad, aquella mañana la Parker llegó por ahí, a sus sermones: “Don Chofo, qué tal. Yo aquí, mire, predicando al Señor. Desde que se me apareció y me dijo: ‘Cambiá, niño. Volvé de Eleanor a Emeterio’ (¡Ish, el nombre que me puso mi mamá!), me convertí. Me corté el pelo, me lo ennegrecí, y hasta estoy reuniendo centavos para unos lentes de contacto y dejar de ser zarca, ¡digo: zarco!” Y con esforzado andar hombruno, se fue a iniciar su ensordecedora gritería de admoniciones. Muchos viandantes pasaban junto a ella, con indiferencia. Otros se secreteaban ante su inconfundible gesticulación femenil.
El sol recalentaba. Un carretón sorbetero campanilleaba por ahí. Los musicones de los pequeños almacenes atronaban con reguetones y cumbias. Una anunciadora proclamaba al más reciente difunto. Los limpiabotas se afanaban en lo suyo. Los diareros ofrecían los rezagados ejemplares de la edición matinal. Algún borrachito se tambaleaba, de cara a la iglesia que parecía venírsele encima. Las campanas del reloj anunciaban las diez y media. Dos perros callejeros se entregruñían. Una vendedora pregonaba paletas, mientras otra, a pulmón abierto, ofrecía empiñadas. Ante todo este estruendo, la Parker pendulaba su osamenta ya añosa, ofreciendo penas apocalípticas para toda concupiscencia.
“Lo maricón lo trajo de naturaleza –pensó don Sofonías–; lo de los Moreno, fue cosa de su voluntad. Esto último no se lo paso”.
Se llamaba Emeterio. Emeterio y más; pero a ese hijo de la niña Mireya Saravia sus amigas de rumba lo llamaban la Parker. Y es que de joven había sido como Eleanor Parker, aquella actriz angloparlante de los sesenta. Alta, blanca, ojiazul, rubia, la Parker era una réplica de Eleanor. “El tata era un hacendado chele que se lo sembró a la niña Morena. A fuerza de vender fritada, ella lo hizo grande a él y a los tres que tuvo con otros. ¡Pero solo Emeterio le salió así! Dice el doctor Mardonio que fue por falta de un hombre que le sirviera de modelo; pero los otros tres también crecieron sin tata, y ahí están. ¡Eso ya se trae, niña!”
Don Sofonías Pereira oía la conversa de aquellas comadres. Él también conocía a la Parker. Que antes iba a la capital a “talonear” vestido de mujer: era su vida. Que nunca había robado, violado, golpeado, asesinado, o difamado: eran sus virtudes. El único ‘pero’ que don Chofo le hallaba era que, cuando en la guerra mataron a los hijos de la Ana Moreno, dos catequistas ejemplares, Emeterio fue a declarar. Sabiendo quiénes se habían llevado a Medardo y a Toño, cambió datos y confundió a los investigadores. Los hijos de la Ana eran buenos, y su muerte no alcanzó justicia. “Quizás lo hizo porque alguno de los que se los llevaron era su damo”, especulaba la gente. “Según don Onofre Deras, lo amenazaron o lo pistearon”. “Lo que pasa es que le dio culillo de que se lo palmaran”. “Y desde entonces, ahí anda, Biblia en mano, predicando contra los nacos como él”.
Don Sofonías había oído esas prédicas. La Parker, ahora casi sesentona, solía llegar al parque a perorar contra la liviandad. “Como ya está viejo y se le acabaron las ganas...”, pullaba alguno. Y alguna ‘loca’ avejentada, después del “Hmmm, la Parker con lo que está...”, y lo siguiente, completaba: “¡Has sido puta, mamita!”
Por casualidad, aquella mañana la Parker llegó por ahí, a sus sermones: “Don Chofo, qué tal. Yo aquí, mire, predicando al Señor. Desde que se me apareció y me dijo: ‘Cambiá, niño. Volvé de Eleanor a Emeterio’ (¡Ish, el nombre que me puso mi mamá!), me convertí. Me corté el pelo, me lo ennegrecí, y hasta estoy reuniendo centavos para unos lentes de contacto y dejar de ser zarca, ¡digo: zarco!” Y con esforzado andar hombruno, se fue a iniciar su ensordecedora gritería de admoniciones. Muchos viandantes pasaban junto a ella, con indiferencia. Otros se secreteaban ante su inconfundible gesticulación femenil.
El sol recalentaba. Un carretón sorbetero campanilleaba por ahí. Los musicones de los pequeños almacenes atronaban con reguetones y cumbias. Una anunciadora proclamaba al más reciente difunto. Los limpiabotas se afanaban en lo suyo. Los diareros ofrecían los rezagados ejemplares de la edición matinal. Algún borrachito se tambaleaba, de cara a la iglesia que parecía venírsele encima. Las campanas del reloj anunciaban las diez y media. Dos perros callejeros se entregruñían. Una vendedora pregonaba paletas, mientras otra, a pulmón abierto, ofrecía empiñadas. Ante todo este estruendo, la Parker pendulaba su osamenta ya añosa, ofreciendo penas apocalípticas para toda concupiscencia.
“Lo maricón lo trajo de naturaleza –pensó don Sofonías–; lo de los Moreno, fue cosa de su voluntad. Esto último no se lo paso”.
jueves, 19 de noviembre de 2009
Algo sobre Santa María Ostuma





Encontré estos videos subidos a Youtube de dicho pueblo, del nuevo parquecito frente a la Iglesia y de los recientes acontecimientos con las lluvias. (Una ambulancia que va detrás se parece a la de San Pedro)
Video del parque frente a la Iglesia (Canal de "martayfb")
Unas fotos del 2010 en http://www.facebook.com/album.php?aid=2051481&id=1148436117&l=babfb67043
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Santa Maria Ostuma Piña La Paz El Salvador
martes, 17 de noviembre de 2009
Primeras Comuniones 2009

Se celebró una tradición religiosa denominada "Primera Comunión", donde asistieron 199 niños y niñas del campo y ciudad, quienes despues de una larga jornada de preparación de Catequésis superaron las pruebas y participaron de este evento trascendental en la vida de los mismos. Todo en el marco de las "40 horas" que se celebran a finales de año en nuestro pueblo. La mayoría de Sampedranos pasamos por esta etapa, y se hace necesario destacar que la Iglesia Católica predomina en la vida de la mayoría de ciudadanos, en sus ámbitos, económico, social, cultura, político, entre otros. Eso no siginifica que no existan otras religiones.
Cada familia celebró dentro de sus posibilidades dicho evento a su niño o niña, ya sea con un almuerzo en casa o la quiebra de una piñata, así como la preparación ornamental para recibir al participante despues de la actividad. Asistieron con mucha devoción desde todos los rincones de nuestro pueblo.





Nota: Lamento la actitud de la Presidenta de la Directiva de la Catequésis de la Ciudad, de quien me reservo el nombre. Al no permitir que desarrollara la labor de informar adecuadamente, si bien con anticipación le pedí el debido permiso, al final entró en contradiciones incluso con el mismo párroco. No debí darle mas explicaciones de que era para la pagina web y no para otros fines como podría(n) imaginarse. Sólo a su gente dejó pasar en principio. Y al final cuando era infructuoso dejaron entrar a todos incluendo a los fotógrafos que trabajan de eso. Algunas fotos y videos los tomé desde una ventana reducida
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Tradicion Religiosa Primera Comunion
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