Video de la homilía del Obispo, durante la vela, en la noche del 10 de agosto en el Calvario, Zacatecoluca
Conocidad como "señorita Alvarado", su nombre era Gloria Isabel Alvarado, una mujer entregada al servicio de los más necesitados, deja un vacio en los lugares donde ella estuvo. Primero en Zacatecoluca, después en nuestro San Pedro Nonualco.
Licenciada, enfermera, jefa de enfermeras durante muchos años en el Hospital "Santa Teresa" de la cacebecera departamental de La Paz, Zacatecoluca.
Falleció la noche del martes 10 de agosto de 2011, a las 9:20pm.
De origen guatemalteca, admirado por casi todos, salvo por algunos que no le comprendían pues ella siempre estaba al lado de la justicia y el amor al prójimo sin importar las ideologías.
Si bien estuvo cerca de los religiosos, no se desconectaba de la realidad y como persona humana que era también sentía la hipocrecía de algunos, pero ella a todo le encontraba solución. Curaba a los enfermos, luego de haberse jubilado recomendaba pacientes sampedranos para que fueran atendidos con prontitud y eficiencia en los hospitales. Mientras trabajaba en el hospital, ayudaba a las personas mas necesitadas, les daba soluciones.
Deja un gran vacío pero sobre todo un enorme legado y ejemplo a las generaciones.
Madrina de muchos sampedranos, comadre, amiga y maestra. Escuchaba y daba buenos consejos.
Su vida estaba entregada al Dios de la vida, como laica y religiosa supimos a última hora que era de las "hijas de la caridad".
Descance en paz la señorita Alvarado a quien tuve el gusto de conocer durante los últimos años.
Licenciada, enfermera, jefa de enfermeras durante muchos años en el Hospital "Santa Teresa" de la cacebecera departamental de La Paz, Zacatecoluca.
Falleció la noche del martes 10 de agosto de 2011, a las 9:20pm.
De origen guatemalteca, admirado por casi todos, salvo por algunos que no le comprendían pues ella siempre estaba al lado de la justicia y el amor al prójimo sin importar las ideologías.
Si bien estuvo cerca de los religiosos, no se desconectaba de la realidad y como persona humana que era también sentía la hipocrecía de algunos, pero ella a todo le encontraba solución. Curaba a los enfermos, luego de haberse jubilado recomendaba pacientes sampedranos para que fueran atendidos con prontitud y eficiencia en los hospitales. Mientras trabajaba en el hospital, ayudaba a las personas mas necesitadas, les daba soluciones.
Deja un gran vacío pero sobre todo un enorme legado y ejemplo a las generaciones.
Madrina de muchos sampedranos, comadre, amiga y maestra. Escuchaba y daba buenos consejos.
Su vida estaba entregada al Dios de la vida, como laica y religiosa supimos a última hora que era de las "hijas de la caridad".
Descance en paz la señorita Alvarado a quien tuve el gusto de conocer durante los últimos años.
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