Trece de febrero de 2010 se cumplen 9 años, cuando nuestro pueblo era noticias en todo el mundo, fúe el epicentro del segundo terremoto de ese año.
Cambió todo, las cosas nunca fueron iguales y muchos fuimos damnificados y no lo creíamos, y muchos fueron los que se solidarizaron de alguna forma con los Sampedranos.
Esos cambios obligados trajeron buenas y malas noticias. Para los políticos de turno, mas buenas que malas, para la gente de igual manera, porque de no ser así, la mayoría no tuvieran una casa mas digna, a pesar de perder lo poco que tenían. Los techos nunca volvieron a ser de teja en muchos hogares.
El espacio físico de todos lados y especialmente del casco urbano sufrió alteraciones irreparables, la Iglesia Parroquial de igual modo. Y hasta hoy hay avances pero la coyuntura no permite culminar la obra.
Todos los que estábamos y llegamos en esos días difíciles tenemos historias que contar, recuerdos en nuestra memoria, buenas y malas experiencias.
De alguna manera nuestro pueblo está mejor preparado, por la lección, para soportar determinado desastre; sin embargo, los comités de emergencia están descuidados. Ejemplo de ellos fueron las lluvias pasadas de noviembre de 2009.
Así mismo, hemos aprendido a convivir con diversos fenómenos naturales que se vuelven normales hasta cierto punto, tanto a nivel local como nacional. Pero sí, debemos estar alerta y que la experiencia vivida sirva para cuidarnos y convivir mejor.
Cambió todo, las cosas nunca fueron iguales y muchos fuimos damnificados y no lo creíamos, y muchos fueron los que se solidarizaron de alguna forma con los Sampedranos.
Esos cambios obligados trajeron buenas y malas noticias. Para los políticos de turno, mas buenas que malas, para la gente de igual manera, porque de no ser así, la mayoría no tuvieran una casa mas digna, a pesar de perder lo poco que tenían. Los techos nunca volvieron a ser de teja en muchos hogares.
El espacio físico de todos lados y especialmente del casco urbano sufrió alteraciones irreparables, la Iglesia Parroquial de igual modo. Y hasta hoy hay avances pero la coyuntura no permite culminar la obra.
Todos los que estábamos y llegamos en esos días difíciles tenemos historias que contar, recuerdos en nuestra memoria, buenas y malas experiencias.
De alguna manera nuestro pueblo está mejor preparado, por la lección, para soportar determinado desastre; sin embargo, los comités de emergencia están descuidados. Ejemplo de ellos fueron las lluvias pasadas de noviembre de 2009.
Así mismo, hemos aprendido a convivir con diversos fenómenos naturales que se vuelven normales hasta cierto punto, tanto a nivel local como nacional. Pero sí, debemos estar alerta y que la experiencia vivida sirva para cuidarnos y convivir mejor.
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