Estos días nos damos cuenta que el orden en el cementerio es reflejo de la cultura local, falta de planificación, desde antes y hoy.
Todos queremos que nuestros difuntos sean enterrados en la parte principal de arriba y no en la parte más baja, inclinada.
Quien tiene nicho o bóveda corre el riesgo de perder el espacio de enfrente, donde se abre para depositar el féretro; tumba o bóveda que algunas veces es maltratada, patiada o ensuciada por alguien o por quienes necesitan pasar hacia más al interior del campo santo por falta de caminos, veredas o calles.
Quien conoce cementerios ordenados y modernos, sabe la diferencia. Es tiempo de tomar en serio el tema y que podamos contar con un nuevo cementerio, se supone que ya teníamos uno nuevo, así lo dijeron, pero ahora nadie sabe nada.
Vale la pena ser solidarios con las tumbas o bóvedas vecinas, así como respetando el cementerio porque tampoco es para hacer necesidades ni para actos inmorales independientemente de si creemos o no en algo.
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