El hábito de la lectura, y como éste da "vivencias" a quienes lo disfrutan.
Sólo cuando pasó el tiempo, entendí algo que podría conceptualizar de esta manera: los libros son como afilados sacapuntas de la condición humana. Puesta en ellos la humanidad total de uno, con el auxilio eficaz y oportuno de alguien que pueda ir haciendo girar esa humanidad total de uno, con el auxilio eficaz y oportuno de alguien que pueda ir haciendo girar esa humanidad en la cajilla oficiosa del libro y su lectura, uno sale del proceso con una punta finísima para habérselas con el vivir. Y cada vez que uno vuelve al sacapunta de la lectura, sale provisto de una creciente y fina sensibilidad: en la percepción, para captar la vida; en la abstracción y en el lenguaje, para entenderla y decirla; y en la emoción, para vivirla: que es sufrirla y gozarla.
Empecé entonces a sospechar que leer era algo más que gastar el tiempo pasando los ojos sobre las filas de letras. Leer era encontrar significados. Era comprender el universo instalado entre las pequeñas páginas de un libro, para luego pasar a la lectura de las páginas del vivir. No es posible, quizás, amar y entender con plenitud el mundo de los seres y las cosas, si no se ha pasado por el acto de amar, comprender e integrar, en uno mismo, el mundo de imágenes y conceptos de los libros"
Francisco Andrés Escobar (Premio Nacional de Cultura, 1995)
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