miércoles, 12 de agosto de 2009

Moraleja: Esopo tenía razón

Fábula: El cuervo y la jarra

Un cuervo que fallecía sediento vio una jarra, y esperando encontrar en ella agua, voló hacia allá con placer. Cuando la alcanzó, descubrió con pena que el nivel de su contenido no estaba a su alcance. Él intentó todo lo que podría pensar para poder llegar a donde se encontraba el nivel del agua, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.

Por fin descubrió que coleccionando tantas piedras como él pudiera llevar, y dejándolas caer una tras otra con su pico dentro de la jarra, el agua subiría hasta llegar a poner su nivel dentro de su alcance y así pudo salvar su vida.

Los momentos de crisis son fuente para el ingenio.

En una de las fábulas de Esopo, un cuervo sediento encuentra una jarra que tiene un poco de agua, pero a un nivel muy bajo al que él no puede llegar.

Después de muchos experimentos y a punto de morirse de sed, descubre que si deja caer piedras dentro de la jarra, el nivel del agua sube. Así salva su vida.

Un equipo de científicos del Reino Unido utilizó grajos, que son aves muy semejantes a los cuervos, para poner a prueba esta fábula de hace más de 2.000 años. Como incentivo, les pusieron un gusano en el agua.

El primero de estos videos de BBC Mundo confirma que la fábula se puede haber basado en observaciones reales. El segundo muestra como el grajo escoge las piedras más grandes para ahorrar tiempo.

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